En el marco del día internacional de las juventudes, el Programa de Género y Equidad de la UTEM y la Oficina de Género y Diversidad de la Universidad Católica Silva Henríquez desarrollaron un conversatorio denominado “Diversidades sexo – génericas: Participación y organización comunitaria como espacio de promoción de la salud mental”. Dicho conversatorio, además de destacar el trabajo colaborativo entre universidades para el cumplimiento de fines comunes, pretendió promover la memoria, la organización y participación como elementos fundamentales para construir redes de apoyo que permitan el reconocimiento de las diversas sexualidades, como también rescatar estos aspectos para el fortalecimiento de la salud mental desde un campo comunitario.
Tatiana Paiva, encargada de la Oficina de Género y Diversidad de la UCSH señala que “este espacio de reflexión significó un trabajo coordinado y colaborativo entre dos universidades y específicamente entre equipos de unidades de género. En esta interacción nos dimos cuenta que, para las personas que componemos estos dispositivos, el estado mental y anímico del estudiantado es una preocupación constante […] la conclusión siempre es la misma, las personas que presentan una mayor vulneración de derechos son aquellas pertenecientes a la población LGBTIQA+”. De tal manera, el conversatorio tensionó las problemáticas sociales y culturales en la experiencia en salud mental de las personas LGBTIQA+.
En dicha instancia, participaron como panelistas personas que incorporaron diversas miradas, de acuerdo a sus experiencias y trayectorias. Destacamos la participación de:
Franco Fuica, activista trans co-fundador de la Asociación OTD, participante de la coalición de organizaciones LGBTIQ y Trabajo Sexual de la OEA desde el 2010. Inició su activismo en 2005, convirtiéndose en el primer líder trans de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Los Lagos, al mismo tiempo que creó la “CUDSO” (Coordinadora Universitaria de Diversidad Sexual de Osorno). Actualmente se desempeña como Encargade de Enlace de la comunidad LGBTIQ+ del Ilustre Municipio de Santiago.
Romina Ramírez Oyarzún, Profesora de Historia y Activista Trans. Magister en Educación y actualmente se desempeña como Académica en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), en actividades y proyectos curriculares relacionadas a educación sexual integral, dirigidos a docentes en formación.
Marcos Cairo Urtubia, estudiante de arquitectura de la UTEM y ex representante de la comisión de género del Centro de Estudiantes 2022 de la misma carrera, quien ha sido un agente clave en la promoción y prevención en las temáticas de género en la comunidad estudiantil.
Carol Lisperguer, representante del Centro de Atención a la Comunidad UCSH en el marco del trabajo clínico en Salud Mental. Psicóloga Titulada de la Universidad Católica Silva Henríquez, Coordinadora Clínica de CEAC desde el año 2018, Coordinadora Grupo de Estudio e Intervención en Temáticas de Género y Diversidad Sexual, Postítulo en Psicoterapia Sistémica Estratégica.
¿Cómo incide la discriminación en la salud mental de las personas LGBTIQA+?
Si bien las diversidades sexuales y de género no tradicionales han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad, han tenido el constante desafío de luchar por la igualdad de derechos y una vida libre de discriminación. Frente a ello, las visiones que se han tenido ante ella han pasado desde la penalización de la “sodomia”, hasta la patologización de la homosexualidad y la vivencia diversa del género, perpetuando discursos de odio que incluso desembocan en crimenes. Estos problemas sociales y culturales (arrastrados por años) traen consigo inseguridades, no reconocimiento y exclusión en muchas personas LGBTIQA+, incidiendo directamente en su calidad de vida a niveles materiales y subjetivos.
Si bien en nuestro contexto nacional actual se ha avanzado en materias legislativas y educativas para la comprensión amplia de la vivencia de la sexualidad, a fin de democratizar y construir sociedades más inclusivas, aún hay cuestionamientos y visiones totalizantes respecto a la libre expresión de la diversidad.
Ante ello, la organización y participación política de las comunidades LGBTIQA+ han sido herramientas fundamentales para resistir ante estas problemáticas y el incumplimiento de derechos sociales básicos, como lo es la salud, el trabajo y la educación.
¿Qué desafíos presenta la educación superior en el abordaje de esta problemática para la promoción de la salud mental en personas LGBTIQA+?
En el año 2018 ocurre un hito sin precedentes en las instituciones de educación superior, consecuencia de un proceso histórico en la demanda de una educación no sexista y libre de sesgos de género, lo cual dio paso a una reflexión profunda respecto a las condiciones culturales y estructurales que perpetúan desigualdades y vulneraciones de derechos, principalmente hacia las mujeres y personas pertenecientes a las diversidades de género y sexuales. Frente a ello, las Instituciones de Educación Superior comenzaron a instalar masivamente organismos internos que propiciaran la erradicación de la violencia y discriminación por motivos de género. En este proceso, para el año 2021, se promulga la Ley N°21.369, que regula el acoso sexual, la violencia y discriminación de género en los establecimientos de educación superior, resguardando en derecho y fortaleciendo las decisiones institucionales que propicien espacios libres de violencia y discriminación.
No obstante, los desafíos de crear espacios protegidos traen consigo reflexiones aún más profundas, permitiendo concluir que las políticas institucionales de género carecen de espíritu y efectividad si no hay comunidades activas en la promoción de los Derechos Humanos, resguardando y protegiendo equitativamente a las poblaciones históricamente vulneradas. De esta manera, los necesarios modelos sancionatorios son insuficientes en la prevención de actos discriminatorios y/o violentos y la promoción de relaciones igualitarias y respetuosas, siendo esto último el principal desafío de las instituciones educativas.
En consecuencia, el conversatorio abarcó la importancia de una comunidad activa, el soporte entre pares, la asociatividad y alianza LGBTIQA+ como mecanismos de fortalecimiento democrático y preventivo que facilitan la construcción de espacios protegidos y garantes de derechos, permitiendo la mejora en la calidad de vida y la promoción de la salud mental.
Tatiana Paiva concluye “queremos destacar la importancia del apoyo mutuo como un elemento de fortalecimiento de la salud mental, recordarles que cada persona importa y que cuidarnos mutuamente es un acto de resistencia. Como unidades de género queremos ser un espacio donde cada voz sea escuchada y que cada persona sea valorada”.
*Si tienes consultas o requieres de apoyo, escríbenos a Programageneroyequidad@utem.cl