Hace algunos días fue noticia el que dos diputados de extrema derecha solicitaran a las Universidades de Chile y de Santiago, información sobre los programas con enfoque de género y diversidad sexual de dichas casas de estudios, interpelando a estos como “ideología de género”.
Lo anterior, nos hace reflexionar respecto de la importancia de entender el enfoque de género, no como una amenaza, sino como una construcción ciudadana inspirada en la igualdad y equidad. Una ideología adoctrina, segmenta y nos ciega de la realidad, algo muy alejado de la visión del enfoque de género, pues ésta nos amplía y nos permite visibilizar las inequidades que limitan una total inclusión de las mujeres y las disidencias sexuales, en una sociedad profundamente desigual y con escaso aprendizaje de tolerancia a la diversidad.
En la actualidad, el enfoque de género es materia de interés en espacios académicos, en centros de investigación y también de políticas públicas que buscan promover la igualdad de oportunidades. Esto no se trata de fomentar una ideología, sino de instalar conocimiento basado en evidencia que nos permita avanzar hacia un desarrollo económico y social con equidad.
En este mes, en que se conmemora el 25 el Día de la No Violencia Contra las Mujeres, es importante recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara la violencia contra las mujeres como una pandemia mundial. Es así como se establece también en la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030, un objetivo orientado a la equidad de género con nueve metas asociadas, dentro de las cuales está Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres.
Chile ha ratificado convenciones internacionales para la erradicación de la violencia contra las mujeres, creando un Ministerio de la Mujer y Equidad de género. Además, en septiembre de 2021 se promulgó la Ley 21.369, que regula el acoso sexual, la violencia y discriminación de género en el ámbito de la educación superior. Si no estuviésemos en presencia de un problema tan real, ¿tendríamos necesidad de dirigir tantos recursos públicos para resolverlo?
Éstas y otras iniciativas a nivel nacional e internacional, no hacen más que confirmar el sentido de responsabilidad social que tenemos frente a la igualdad de género y que aún nos queda mucho por hacer.
Por ello, insistimos en que el enfoque de género no es ideología y no es una amenaza, sino que es sostenibilidad, paz social, justicia, y anhelar una comunidad académica inspirada en el buen trato.