A 90 años de la fundación del MEMCH

El 11 de mayo de 1935, en una sala de la Universidad de Chile, un puñado de sencillas mujeres de nuestro pueblo y sus líderes, -más ilustradas y acomodadas socialmente-, levantaron el “Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile”, (MEMCH), siendo ésta una organización de impronta eminentemente feminista, con presencia activa en la sociedad chilena y con redes internacionales. El MEMCH fue un movimiento transversal a diversas latitudes, puesto que contó con comités provinciales y locales, ubicados de norte a sur de nuestro país, los que mantenían una comunicación, tanto epistolar como presencial, constante, cordial y rigurosa con el Comité Ejecutivo Nacional, liderado, entre otras por la abogada Elena Caffarena y por la periodista Marta Vergara. Fue capaz de unir, por el lapso de dos intensas décadas, -hasta su ocaso en los años 50-, a una amplia diversidad de mujeres, de distintas clases sociales, creencias religiosas, grados de instrucción y filiación política, bajo el lema de la emancipación integral de las mujeres en cuanto a derechos políticos, reproductivos, jurídicos, económicos, culturales, entre otros, y en el plano internacional bajo la consigna de la paz; la lucha contra el fascismo y la protección de la niñez vulnerada por la Guerra Civil Española (1936-1939).

A 90 años de su fundación todavía resuenan las voces de sus militantes y aún nos interpelan sus demandas y campañas. Casi todas las peticiones que enarbolaron, las memchistas, tanto en su declaración de principios como en los dos Congresos nacionales que celebraron, no han sido satisfechas. Las problemáticas presentadas por ellas todavía no son abordadas en su totalidad por las políticas públicas de nuestro país. A 90 años de la emergencia del MEMCH en la escena nacional, aún estamos en deuda con las mujeres de Chile y con una sociedad que requiere con urgencia integrar a más del 50% de la población e incluir sus aportes para la construcción de una sociedad inclusiva y democrática.


Escrito por Claudia Fedora Rojas Mira
Académica de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social.